jueves, 22 de enero de 2009

Ejercicio en clase: Hoja Seca

Sí, quizás más pequeña que nosotros, pero grande si la comparamos dentro de su género. Yace inmóvil, solitaria y ya muerta, aunque sigue en su espera: a que alguien la recoja o barra... o que el viento, involuntariamente, se la lleve consigo. Oscura, ya que ha perdido su color; inodora, porque se marchó su fresco olor. Sucia, crujiente y débil, como todas las de su tipo.
No sé si lleva días , meses o sólo minutos o segundos... pero no se ha cansado ni se cansará de esperar, porque sigue con la esperanza de que, en cualquier momento, la escoba o el viento la lleve consigo por un paseo que en cualquier momento acabará...

miércoles, 21 de enero de 2009

Texto para "Muestra de Declamación 2009"

Bueno, aquí les dejaré el escrito que he desarrollado para la muestra de declamación que habrá ya pronto en el Centro Educativo Piaget. Espero comentarios, de ser posible; trataré de corregirlo lo antes posible. Gracias por tu visita.

Casi listo. Sólo faltará detallarlo un poco más por aquí, terminar de pintar un poco más por ahí y finalmente Simonetta será ya inmortalizada aquí. Nueve años han pasado desde la última vez que la he visto… hace nueve años que el mundo no ve su sonrisa mientras el frío viento invernal acaricia su piel y la luz del sol baña de un matiz dorado su suave y radiante cabello que se mueve al ritmo de los verdes campos floridos, tan verdes como sus ojos, que brillan como dos hermosos luceros a la media noche en medio del campo.
Simonetta no se ha ido del todo y, de hecho, siempre ha existido y los antiguos intelectuales griegos la conocían. Ella surgió de la espuma cerca del mar de Pafos y se llamaba Venus. Le da al mundo amor, belleza y fertilidad. Simonetta era ella, sólo que en carne y hueso. Sin duda alguna, ella era Venus… Afrodita, como le llamaban los romanos.
Simonetta, quien se apareció varias veces en los textos mitológicos griegos, hace miles de años. Sí, ¡qué época! Las hermosas construcciones que tenían, sus trajes tan característicos, blancos, puros… gracias a los dones que Simonetta les dio. Pero lo que sí es que ellos nunca pudieron verla y agradecerle. Ahora ya es demasiado tarde, incluso para mí, ya que se fue, desde que Marco Vespucci la tomó de su mano. Tan joven, tan bella… ¡maldita tuberculosis, que se apoderó de su cuerpo! Nueve años han pasado, mas no puedo olvidarla, ni quiero hacerlo. Morir bajo sus pies, mi última voluntad será, aunque el momento aún no ha llegado.
No puede quedarse desnuda, así que una ninfa la cubrirá con su manto. Al otro lado, estará otra ninfa. Ella será Cloris, esposa de Céfiro. Sí. Céfiro también aparecerá. Ellos, abrazados, representarán la materia y al espíritu. A sus lados, las rosas lloverán.
Simonetta siempre estará protegida a mi lado. Pero ya es demasiado tarde.

Bueno, espero que te haya gustado. ¡Gracias!